Láserterapia

Láserterapia y bioestimulación

Actualmente en el mundo de la prensa de divulgación de técnicas terapéuticas no invasivas, se habla de bioestimulación o biomodulación, por lo que habrá quien se pregunte que es y para que sirve. La bioestimulación es la técnica que utiliza el aporte de energía para conseguir la regulación del metabolismo celular y del transporte a través de su membrana.

En cada una de las células que conforman el cuerpo humano, existen estaciones de suministro de energía (mitocondrias) conocidas por los científicos hace más de cien años. Recientes investigaciones han revelado que las mitocondrias capturan energía electromagnética (luz, fotones) para producir un combustible celular llamado ATP (trifosfato de adenosina) de vital importancia para la función celular. El ATP se utiliza en todos los movimientos musculares y procesos de percepción, cognición y metabolismo. Así, si las células no tienen suficiente ATP, se agotan y liberan señales orgánicas de emergencia. Todas las células necesitan el ATP simultáneamente para recuperarse de una situación de emergencia o de un sobresfuerzo, es decir, para regenerarse y/o sanarse.

La bioestimulación se aplica en todos los casos en que la célula está actuando por debajo de su capacidad óptima, es decir en estados deficitarios de energía. Estos estados energéticos provocan un estrés celular que puede llevar a la enfermedad celular.

La energía utilizada en los tratamientos de bioestimulación es la que proviene de los láseres de baja energía visible o LLLT (Low Level Laser Therapy), la luz roja e infrarroja es particularmente eficaz en la producción de ATP, ya que penetra y estimula las células situadas por debajo de la superficie corporal.

La bioestimulación provocara una normalización de metabolismo celular y a su vez, debido a la optimización en el transporte de sustancias entre el interior celular y su entorno, incrementará la actividad circulatoria, tanto del sistema sanguíneo como del linfático, debido al aumento de aporte de nutrientes que solicitará la zona tratada así como la necesidad de vehicular todos los productos catabólicos generados en este proceso.

Como consecuencia a esta estimulación vamos a provocar una microhiperemia (incremento del riego sanguíneo) que a su vez generará un aumento en el aporte de nutrientes y oxigeno en las zonas vecinas a las que se ha aplicado la energía en el proceso de bioestimulación.

El LLLT tiene la ventaja en que son tratamientos no invasivos, por lo tanto todos los tratamientos serán aplicados a través de la piel sin provocar ningún tipo de lesión, incisión o corte y a su vez sin utilizar anestésicos ni sedantes. Por lo cual estos tratamientos pueden ser aplicados a todo tipo de personas, incluso a niños o personas mayores.